Ama a tu prójimo con tu voto

Por Stephen Reeves

Puede ser que no necesitemos recordarte que hoy es el día de las elecciones, y como organización comprometida con la justicia social, reconocemos que las elecciones tienen un impacto social.

Lo más probable es que ya hayas votado, pero si no lo has hecho, permítenos animarte y mostrar el amor a tu prójimo por medio de tu voto. En lugar de preguntar como las políticas nos benefician personalmente o cómo nuestros puntos de vista particulares podrían ser avanzados, tal vez deberíamos considerar ¿si aquellos a quienes elegiremos promoverán políticas que alimenten a los hambrientos, vistan a los desnudos, curen a los enfermos, reciban al forastero, consuelen al prisionero o cuiden a la viuda o al huérfano?

La respuesta no siempre es sencilla, pero como cristiano, yo creo que este es un buen lugar donde comenzar nuestra política.

En esta elección, en lugar de votar por nosotros mismos, voten por los niños de las escuelas con escasos recursos. Voten por los emigrantes que se sienten desesperados y en su búsqueda a un proceso de asilo, toman un viaje peligroso hacia el norte, voten por los que padecen de inseguridad alimentaria, voten por los que viven del día al día intentando llegar a fin de mes para sostener a sus familias.

Es posible que hoy te sientas con mucha ansiedad. Por favor, respira profundamente y recuerda que nuestra lealtad no es hacia un político o un partido. Sin importar el resultado, nuestra última esperanza no está en los poderes y principados de este mundo. No importa el resultado, nuestro llamado sigue siendo el mismo: practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con Dios.

Aunque este es un buen momento para recordar que Dios esta en control, nuestras decisiones tienen consecuencias. No podemos pretender que los resultados serán equitativos, ni podemos descartar graves preocupaciones con comentarios insignificantes o triviales.

Gane quien gane, nuestro trabajo continúa. No será igual, pero cuando nos comprometemos a amar a nuestros prójimos con compasión y justicia, prestamos atención a las voces marginadas y desatendidas que Jesús tanto amó, una elección no acabará con el trabajo.

Cual quiera que sea el resultado, no nos podemos rendir. No podemos volvernos tan cínicos que nos envolvemos en nuestros privilegios, aislarnos y quedarnos quietos en casa. No podemos ceder a la desesperación. Tampoco podemos esperar que si gana el candidato que preferimos, que ya no hay nada más que debamos hacer.

Así que mañana y en los próximos días, comprometámonos a esta larga jornada de practicar compasión y de perseguir la justicia. Comprometámonos a promover la paz, aunque reconocemos que vamos a necesitar un poco de paciencia. En los siguientes días, nos vamos a necesitar los uno a los otros.

Hoy, oramos por la paz. Pedimos por resultados claros e incontestables. Oramos por una fe renovada por la democracia.

Esperamos que votes y lo hagas motivada por el amor y la esperanza, no por el miedo, el odio y la ansiedad.


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