Brindando luz y vida a Matamoros en medio de tanta corrupción y el peligro

¿Cómo lo hacemos? Esa es la pregunta que se hace el pastor Eleuterio González cada vez que piensa en su ministerio con los migrantes en Matamoros, México –al otro lado del Río Grande con Brownsville, Texas. Durante casi tres años, González y la congregación que pastorea, la Iglesia Valle de Beraca, se han levantado temprano en la mañana para alimentar, albergar, transportar y proteger a los migrantes en la ciudad fronteriza.

Con alrededor de 180 voluntarios, cien de ellos jóvenes de la iglesia, Valle de Beraca entrega despensas a cinco refugios para migrantes en la ciudad y a migrantes que viven en apartamentos dispersos en la ciudad.

“No hay otro ministerio más pesado que éste,” aseguró González. “Tienes que atender las necesidades alimenticias, legales, médicas, espirituales, de transporte y de alojamiento de los migrantes.”

Y es que Valle de Beraca también transporta a algunos migrantes a sus citas médicas, a sus citas con instituto nacional de migración de México y les provee talleres de discipulado cristiano y de destrezas laborales.

“Damos talleres de soldadura para haitianos por si terminan en los Estados Unidos y talleres de manualidades para las mujeres,” dijo González. “Son talleres para que puedan tener negocios propios”

Y todo esto en un contexto plagado de maldad, explotación, pobreza y miseria.

“El problema es que (a los migrantes) los explotan, les quitan el dinero, los expulsan y los extorsionan,” afirmó. “Todos los días escucho personas que se me acercan y me dicen pastor necesito su ayuda para sobrevivir, si no coopero me violan, tengo que cruzar (a los Estados Unidos) para huir (de la explotación).

González confiesa que es muy difícil la tarea de manejar las emociones y mantener una postura tranquila ante tanta maldad y peligro. “Es difícil a veces. Yo tengo que mantenerme en una postura tranquila porque yo vivo aquí,” dijo González. “La gente viene y se va, pero yo me las juego con la sabiduría de Dios.”

Pero volviendo a la pregunta, ¿cómo logran González y Valle de Beraca atender diariamente a cientos de migrantes? “Manso como paloma, pero astuto como una serpiente”, concluyó González respondiendo a su propia pregunta. “Así es como continuamos siendo instrumentos de Dios”.

Para donar al fondo Knox de asistencia para inmigrantes, que apoya el trabajo del pastor González y otros pastores a lo largo de la frontera entre EE. UU. y México, haga clic aquí.