Trampas para migrantes

Por Stephen Reeves

Imagine que tratar de cruzar hileras de alambre de púas fuera más seguro que quedarse en casa.

Imagine que el sumergirse en un río embravecido con su bebé les ofreciera una mejor oportunidad de sobrevivir que el regresar a su país.

Ahora imagine que aquellos que toman tales decisiones fueran blancos y hablaran inglés. ¿Podría usted imaginar que se pusieran en efecto las actuales políticas y tácticas del Gobernador Abbott que resultan en más muertes innecesarias?

Nadie quiere que traficantes de drogas y miembros de carteles crucen nuestras fronteras.

Las madres y padres con niños pequeños en sus manos no son miembros de carteles sino más probablemente víctimas de ellos.

Nadie que cruza el río de día ante la mirada de la Patrulla Fronteriza es un traficante.

Estoy muy dolido y estresado desde el lunes por la noche, cuando irrumpió en los medios la noticia de un correo electrónico de un alguacil del Departamento de Servicios de Protección Pública destacado en la frontera de Eagle Pass en el que describía los tipos de incidentes que sabíamos que ocurrirían. Es un hecho que los alambres de púas y las boyas en el río son peligrosas para los migrantes que tratan de cruzar; ese era su propósito.

Los correos electrónicos enumeran sus preocupaciones al respecto de la forma en que el estado está conduciendo la Operación Lone Star. Este alguacil se sintió inclinado a hablar tras recibir órdenes de llevarse a hombres, mujeres y niños exhaustos de regreso al río sin ninguna consideración por su seguridad. Puede encontrar el texto completo de lo que escribió aquí. No solo vale la pena, sino que debería ser lectura obligatoria.

Entre los muchos detalles aterradores, este es probablemente el más repugnante: “encontramos a un hombre adulto con laceraciones graves en su pierna izquierda. Le preguntamos qué sucedió y declaró que tenía a su hijo atrapado en una trampa en el agua. Dijo que había un barril que estaba lleno de alambre de púas alrededor y que el niño estaba atrapado en él. Él lo extrajo y, en el acto de hacerlo, la trampa del barril le laceró la pierna.

De acuerdo al alguacil, el estado de Texas ha colocado barriles cubiertos de alambre de púas en el Río Grande que sirven como trampas de migrantes. Desafortunadamente han sido efectivas, y en este caso han atrapado a un niño pequeño.

Es difícil imaginar la profundidad de esta crueldad.

Si estas historias son verdaderas, eso quiere decir que la inhumanidad del estado de Texas no conoce límites. Gracias a Dios por el alguacil que dio a la luz la información sobre estas prácticas brutales y por aquellos que rehúsan seguir órdenes que resultan en una muerte segura.

Los migrantes no solo quedan atrapados en alambres de púas, sino también entre la violencia de carteles, la pobreza de sus países de origen y un sistema de inmigración en los Estados Unidos que ha sido estropeado por políticos indiferentes e inhumanos que se interesan más en ganar elecciones que en resolver la crisis humanitaria.

No hay manera de desalentar a alguien que huye para salvar su vida. La militarización de la frontera no detiene a aquellos que buscan refugio y un futuro para sus hijos. Las tácticas inhumanas y las barreras tortuosas desplegadas por el estado de Texas solo orillan a la gente a utilizar métodos más peligrosos de cruzar, mientras que enriquecen a los carteles y coyotes que acechan a los migrantes.

El gobernador Abbott seguramente sabe esto, solo que no parece importarle las muertes de mujeres y niños. Cientos se han ahogado en el río y mueren de calor en el sur de Texas. Si le importara, inmediatamente cambiaría sus tácticas; por el contrario, ha dicho que los alguaciles son los que están en peligro.

El valiente alguacil que dio a la luz pública esta noticia parece estar en desacuerdo con quien lo mandó a la frontera. Sus poderosas palabras en la conclusión de su carta hacen eco en mis propios sentimientos.

“Creo que hemos cruzado una línea hacia lo inhumano. Necesitamos operar (Operación Lone Star) correctamente a los ojos de Dios. Necesitamos reconocer que estas son personas que fueron hechas a la imagen de Dios y necesitan ser tratadas como tales”.

“También creo que forzar a los refugiados a que regresen a México en lugar de llevarlos a la Patrulla Fronteriza es ponerlos de nuevo en las manos de los carteles que los asaltan, roban y violan. Esto beneficia a los carteles, ya que vuelven a cobrarles por cruzarlos de nuevo”.

Debemos encontrar maneras de ayudar a aquellos que buscan asilo y ayuda humanitaria para que nuestros esfuerzos puedan enfocarse en los verdaderos traficantes. Debemos reformar y expandir los caminos legales de inmigración e incrementar drásticamente la capacidad de nuestro proceso de asilo. Esta ha sido la meta de los esfuerzos de la defensoría de Fellowship Southwest.

Además de esto, hacemos un llamado al gobernador Abbott a poner fin a la Operación Lone Star, y que en lugar de ella, enfoque los recursos humanos y de otro tipo en detener a los traficantes y no siga poniendo en peligro a los migrantes. Texas debería estar trabajando con oficiales locales y federales a fin de resolver la crisis humanitaria en la frontera, en lugar de gastar billones de dólares de los contribuyentes en tácticas aborrecibles y detestables que continúan fallando.

Gobernador, es posible que lo que usted está haciendo dé la impresión de valentía, y que ayude a sus ambiciones políticas el tener a las tropas de la Guardia Nacional, las boyas y el alambre de púas visible detrás de usted para las cámaras del noticiero, pero no hay valentía alguna en victimizar a mujeres y niños. Por lo menos, ordene que sus trampas de migrantes sean removidas ante de que atrapen a más niños cansados, hambrientos y traumatizados.